Creo que cada cliente tiene su estilo propio.
Creo que, cuando te sientas en el sillón del barbero, no quieres el mismo corte de pelo que el tipo que acaba de salir por la puerta. No quieres un flequillo si lo tuyo es el tupé ni parecer un “boomer” cuando eres miembro de la Generación Z. Lo que quieres es mirarte en el espejo y decir: “así soy yo”.
Creo que lo mismo sucede con la creatividad. Cada marca es especial y cada trabajo es un ejercicio de estilo pensado para resaltar la personalidad y los valores de la compañía. La Barbería conceptualiza y redacta para darle forma al “look” que mejor le sienta a tu proyecto, moldeando su discurso, dando forma a su relato y, en definitiva, ayudando a definir mejor su identidad verbal corporativa.
Creo que, cuando te sientas en el sillón del barbero, no quieres el mismo corte de pelo que el tipo que acaba de salir por la puerta. No quieres un flequillo si lo tuyo es el tupé ni parecer un “boomer” cuando eres miembro de la Generación Z. Lo que quieres es mirarte en el espejo y decir: “así soy yo”.
Creo que lo mismo sucede con la creatividad. Cada marca es especial y cada trabajo es un ejercicio de estilo pensado para resaltar la personalidad y los valores de la compañía. La Barbería conceptualiza y redacta para darle forma al “look” que mejor le sienta a tu proyecto, moldeando su discurso, dando forma a su relato y, en definitiva, ayudando a definir mejor su identidad verbal corporativa.